El ahora intencional de ayer es ahora ya pasado que cobre el aspecto formal de un antes llamado pasado.
El futuro del ahora de ayer es hoy presente en un ahora que de inmediato se convertirá en pasado.
Los futuros se consumen mientras los ahoras se acumulan en un pasado siempre creciente.
Mientras se agotan los presentes, en cambio siempre perduran los pasados, existiendo permanentemente en el seno de un inagotable y eterno futuro.
¿ Qué me queda pues del ahora presente ? ¿ Su mero instante ?, ¿Qué significa estos ahora de ahora mismo?, ¿ Acaso existen ahoras diferentes o mas de un solo ahora?
Parece ser que si. Es diferente el "ahora" pienso en tal cosa o situación, que el tengo " ahora " que pensar en tal o cual cosa o situación.
Al igual que es diferente el siguiente pensamiento: " desconozco la hora puntual de mi muerte" y el otro que dijese: "conozco que habrá una puntual hora de mi muerte". Aunque las dos mencionadas horas de mi muerte tienen forzosamente que coincidir, p.ejemplo: la 22 horas, 12 minutos,ambas horas pensadas son ilucidadas diferentemente por mi pensamiento.
Veamos: el sentido que doy, hoy, a esa hora puntual(en ambos pensamientos)es, desde la perspectiva que le daré en fatal instante de su cumplimiento, muy diferente .
Hoy, se me presenta como únicamente como un futurible, mientras que cuando llegue la hora prevista ahora tan sólo, será un tangible instante.
El mismo hecho de pensar ahora en la hora de mi muerte es aparentemente (?) percibido de modo distinto al momento del ahora definitivo, en que tenga que asumir su pensamiento.
¿ Es así de cierto y estríctamente riguroso el apercibimiento descrito? o, por contra, no existen diferencias.
Los futurible, a veces, son genéticamente inciertos, al llevar en si mismos , intrinsecamente en la noción de su concepto, la semilla o germen de las dudas e incognitas que nos plantean su formulación, al ignorar los acontecimientos y eventos por venir, aún no dados.
Percibimos los futuribles como eventos desconocidos en su mayoría, aunque de algunos de ellos,como es el caso de nuestra propia muerte, podemos intuir cómo acontecerán, gracias a las técnicas de las ciencias estadísticas, actuariales u otras como el cálculo de probabilidades,etc.
En el caso del ejemplo planteado, el futurible de la hora de mi muerte, existen irrefutables argumentos de certeza, en el sentido de que se producirá en "determinada", aunque todavía desconocida, hora puntual.Lo que permanece ignorado es su momento preciso.
Sólo existe una posibilidad de saberlo: el uso voluntario que proporciona la autonomía de mi sagrada y nunca suficientemente estimada, de mi libertad.Tal posibilidad resulta rechazable por la inmensa y poderosa fuerza de preferencia por la vida existente en todo hombre normal.
En conclusión: existen dos modos diferentes de poder considerar cada instante constitutivo de nuestros ahoras intencionales.Al menos así se deduce del análisis del método fenomenológico con el que, en mi opinión, deben realizarse nuestros conocimientos.
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