Monday, July 13, 2009

UNO POR CINCO

Y, cinco no son sino Uno:

Un hombre, una cosa, un sueño,

un deseo, el viento.

Un hombre crea una cosa,

como una alegría para siempre.

La contemplamos,

la escuchamos,

leemos esa cosa,

como contraria del sueño.

Y, en razón del alivio sufrido,

el sueño pasa a ser deseo,

y el deseo se hace viento

que irrumpe por las rendijas,

llenando las hendiduras

del mundo de nuestros sueños.