ENTONCES (a Jose Mª Cuevas )
Ayer viví la muerte de un amigo.
Sobre mis hombros llevo hoy su cuerpo,
junto al de tantos otros, en mis espaldas.
Todos aguardan desde sus rincones
que finalice sus asuntos pendientes.
En mi soledad veo la de sus miradas
y oigo el silencio de sus presencias,
llenando con ellas los vacios de mi orfandad.
Y... ahora al recordar todo " aquello " :
Que un día tuve que perderos,
porque llegó el tiempo del olvido,
como el otoño al despedirse
nos deja el alma fría y triste,
llevándose sus hojas secas con el viento.
Una "hoja seca " aún tengo conmigo,
para reconstruir así el paraiso
y reproducir el sentir de su mirada,
el rumor del pensamiento,
la solemnidad de su presencia,
la profundidad de su esencia.
¿ Por qué referirme a un " instante " ?
Cuando con tu presencia
llené mis noches solitarias.
Cuando en mi mundo sólo morían
los tristes y los débiles.
Cuando al vivir ávidamente
la luz, la brisa, el agua, el aire,
eran antes que las sombras.
Cuando el brillar la luna llena
y abrirse cada mañana el alba
eran nuestro mejor paisaje.
Cuando lo cotidiano eramos nosotros
sin expresión de mas palabras
que las del acaecer de tiempos
y el peregrinar del camino
que iniciamos cogidos de la mano.
¿ Por qué referirse a un "entonces"?
Cuando aún perduran unos instantes
al recordar todo aquello,
y saber que a punto estamos
de que suceda el prodigio
de convertirle en el " presente ",
cuando con ritmos nuevos
lleguen diferentes
en próximas estaciones.
Sobre mis hombros llevo hoy su cuerpo,
junto al de tantos otros, en mis espaldas.
Todos aguardan desde sus rincones
que finalice sus asuntos pendientes.
En mi soledad veo la de sus miradas
y oigo el silencio de sus presencias,
llenando con ellas los vacios de mi orfandad.
Y... ahora al recordar todo " aquello " :
Que un día tuve que perderos,
porque llegó el tiempo del olvido,
como el otoño al despedirse
nos deja el alma fría y triste,
llevándose sus hojas secas con el viento.
Una "hoja seca " aún tengo conmigo,
para reconstruir así el paraiso
y reproducir el sentir de su mirada,
el rumor del pensamiento,
la solemnidad de su presencia,
la profundidad de su esencia.
¿ Por qué referirme a un " instante " ?
Cuando con tu presencia
llené mis noches solitarias.
Cuando en mi mundo sólo morían
los tristes y los débiles.
Cuando al vivir ávidamente
la luz, la brisa, el agua, el aire,
eran antes que las sombras.
Cuando el brillar la luna llena
y abrirse cada mañana el alba
eran nuestro mejor paisaje.
Cuando lo cotidiano eramos nosotros
sin expresión de mas palabras
que las del acaecer de tiempos
y el peregrinar del camino
que iniciamos cogidos de la mano.
¿ Por qué referirse a un "entonces"?
Cuando aún perduran unos instantes
al recordar todo aquello,
y saber que a punto estamos
de que suceda el prodigio
de convertirle en el " presente ",
cuando con ritmos nuevos
lleguen diferentes
en próximas estaciones.
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