NUEVAS UTOPIASdel

Hay en las psicologías humanas terrenos pantanosos como el de lo incomprobable.
Cuando lo descubras encontrarás el habitáculo donde aún perviven fajos de resistencia de la razón.
Cuidate de analizarlos no vaya a ser que te impidan desarrollar las utopías que precisas.
Frente a los dogmas y certidumbres con que quieren narcotizar tu entendimiento,con informaciones engañosas y propaganda masiva de mensajes adulterados envueltos en el celofán de lo superficial y agradable, recuerda las firmes utopías de "las tesis y suposiciones correctas", las " convicciones profundas", los " principios fundamentales", las " fidelidades inquebrantables", las "esencias de las cosas".
Será preciso actuar con rapidez y energía, crítica y analíticamente, empleando para ello las dotes de curiosidad y asombro, despertando el vago pensamiento que pueda dormir, perezoso, en tu interior.

Es deseable sumergirse en los baños de la utopía, antes que caer en el abismo de lo seguro y de lo cierto, asentados frecuentemente en los terrenos pantanosos de lo incomprobable.

Lo ideal sería tener valor para rebanar las porciones de la realidad dejándola en su puro hueso.

Destruir las ráfagas sucias que impregnan la realidad en su contacto con la materia.

Buscar el fenómeno de las emociones ocultas en el interior para cubrir con ellas ese puro hueso de lo real.

Destruir los idolos de pies de barro donde se apoyan los predicadores de falsas sabidurías y ver dades relativas, ignorantes del significado y función de las necesarías virtudes de la ironía y utopias.

Cuida también el volcán de tus emociones. Como lo hace el silencio tácito del reino mineral, con sus aparentes piedras inanimadas que ocultan sus latidos amorosos, emulando a aquel "corazón humano ansioso de ser piedra",al hallarse cansado de tanta generosidad incorrespondida por incomprendida.

Sostén tus incertidumbres, sazonando así la sed de conocimientos con la certeza de ellas, aunque puedan producir el sabor agridulce de la tristeza.

Manten "el alma en pie" sin llegar a estar seguro de nada, huyendo del brillo de lo aparente que seduce como fugaz encantamiento de la figura de un embobado pseduo-feliz. Porque aunque el alma permanezca contigo, a veces pueda esconderse, como nota de una pausa musical para encontrar el tono preciso del canto de la vida.