?Qué somos por dentro?, se pregunta Kwaku, en busca de su realidad.
Quiero y siento,dice Prosopon, sin saber muy bien ,sin estar convencida de la exacta razón de ser,permanecer y sobrevivir.
Estas fundamentales cuestiones me parece haberlas oido y leido en las reflexiones de los filosofos presocráticos y, mas tarde en las consideraciones de los discursos de los neoplatónicos Platino y Porfirio.
Veamos: La historia de la Humanidad debe contemplarse con suficiente perspectiva para intentar entender mejor el significado de la existencia bajo el que se encuentra nuestra realidad.Ayudará a ello haber leido cuanto haya sido pensado y narrado por nuestros antepasados.Salvo nosotros mismos-nuestra mas íntima
individualidad-nada nuevo aparece sobre la tierra.Estamos obligados,pues,a averiguar el bagaje de conocimientos y experiencias ya experimentados por otros, recorriendo sus senderos .intelectuales, para llegar a saber a que atenernos.Conocer así el "estado de la cuestión" viene a ser algo semejante a disponer en el presente de la memoria histórica del pasado.
Agustín de Hipona tuvo como ídolos a sus predecesores Virgilio y a San Ambrosio.Merced a ellos dos llegó al convencimiento de que el conocimiento de su yo era una lógica consecuencia de la principal potencia del hombre-muy por encima de las otras dos-la memoria.A partir de esa idea-el conocimiento del yo como consecuencia de la memoria-advirtió el poderoso papel que esta tiene en la forja de la conciencia individual.Para Agustín lo que une memoria e intelecto es la voluntad del Dios creador en relación del universo y sus criaturas.La memoria es el agente a través del que las demás potencias del alma humana se iluminan a imagen de Dios.
Gracias a la memoria podemos experimentar internamente un sinfín de emociones y de recuerdos y con ellos apreciar como el mundo "está siendo" continuamente.El estado de la tensión existente en el universo nos muestra formas imperfectas de la materia que luchan por encontrar su estructura fija e ideal.Es el fenómeno constitutivo de la eternidad imperceptible,alcanzable si sabemos recurrir a nuestro interior.
Quizás, la luz que busca Kwaku-y tantos otros-sea la luz descrita en el Corán por Mahoma:
"Dios es la luz de los cielos y de la tierra.Su luz es comparable a una hornacina en un recipiente de vidrio,que es como si fuera una estrella fulgurante.Se enciende de un árbol bendito,un olivo que no es del oriente ni del occidente,y cuyo aceite casi alumbra aún sin haber sido tocado por el fuego.!Luz sobre Luz!.Dios dirige su Luz a quien El quiere.Dios propone parábolas a los hombres.Dios es omnicente"
San Pablo-el Proteo cristiano- con su característica violencia, después de su fulgurante e instantánea conversión a Cristo (al que antes perseguía),también se dedico a hacer brillar sobre la tierra el fuego que encendió Jesús en la tierra,vigilándolo hasta que todos los hombres quedasen iluminados y calentados con él.
Hay multitud de signos de luz sobre el mundo.Yo he hallado infinidad de ellos, dificil de enumerarlos en este relato.A mero y significativo título ejemplificativo recuerdo los siguientes:
En el Brohan-Museum de Berlín, una imagen de Gustav Klimt, denominada "Der Kuse", "El Beso"de dos enamorados besándose.O, en el Museo Egipcio de Berlín, "Le Buste de la Reine Nefertiti",muestra de una belleza indescriptible.También, en el Museo Thyssen de Madrid puede contemplarse otro ejemplo luminoso de cuadro :"Les Vessenots", de Vicent van Gogh; así como tantas pinturas francesas de Monet y de Marc Chagall( de este último "Le double portrait au verre de vin",simpático dibujo de un bebedor vestido de rojo soteniendo sobre sus hombros a una muchacha amada vestida de blanco.)De Monet preciso recordar el Musee Marmottan Monet con sus bellísimas colecciones así comorecomendar una visita a Giverny donde se haya el santuario florido mas hermoso de Europa.
En Literatura uno debe dejarse iluminar por la serie de los cien genios de la literatura seleccionados por Harol Bloom como mosaico de cien mentes creativas y ejemplares.Por mi parte,recomendaría releer el cántico espiritual del alma y el esposo de San Juan de la Cruz,no pudiendo dejar de citar ahora el poema siguiente:"Mil gracias derramando,pasó por estos sotos con presura,y yéndolos mirando, con sola su figura,vestidos los dejó de su hermosura",escrito por el autor en la lóbrega carcel de un convento de Toledo,donde fue encerrado,entre el 1576-1578, por el delito de preferir el rigor a la relajación monásticos de las reglas de los Carmelitas.
Para hallar la luz que buscamos hay que huir del bullicio y encontrar-en el acontecer de la vida ordinaria-el pensamiento interior de la propia alma,su luz,su fuego,su especial sonido.Sincronizarlo y escucharlo como quien escucha a Mozart,a Bach o al mismo Beethoven en su "Trio para piano,flauta y fagot" a título de obra ejemplar de la juventud del músico.
Cuando uno se dispone a "reposar mentalmente" debe estar dispuesto a esperar que en algún momento del reposo pueda ocurrirle algo similar a lo que el místico Juan de la Cruz experimentó al recordar su éxtasis de alta contemplación:
"Entreme donde no supe y quedeme no sabiendo toda ciencia trascendiendo"
Una vez "extasiado" a una puede ocurrirle cualquier cosa positiva,debiendo estar dispuesta a saber distinguirla y aprehenderla sin que nos pase inadvertida ni desapercibida.Después, e inmediatemente, sin aspavientos y con extremo gozo disponerse a guardar el tesoro de la cosa aprhendida-como si de una perla preciosa se tratase-en lo mas íntimo del corazón,hasta que pueda pueda fructificar en múltiples sonrisas de tu preciosa cara y en caricias afectivas de tus delicadas manos.