Thursday, September 28, 2006

La última palabra

¿Cómo escribir sin insolencia?
Y desprenderse de solemnidades
huyendo de lugares comunes
entre pautas culturales heredadas,
sin mostrar pasividad crítica,
ni pérdida de curiosidad y asombro;
al procesar informaciones percibidas
o advertidas tras pensamientos diligentes,
en la búsqueda del conocimiento de verdades
ya sean de hechos o de seres.

¿ Cómo convencer sin decir la última palabra?
Si el hombre,ese individuo personalizado,
no está hecho de una pieza
ni es algo inamovible y acabado;
pero tampoco es una minucia cósmica,
ni un residuo del gran agujero,
ni ninguna viruta de estatuas de dioses
esparcidas por las brisas de los mares.

Tampoco deseo cortar amarras con el mundo
optando por el desamparo cósmico´
sino mostrar radical interés por quienes lo habitan
plantando rostro al nihilismo de la realidad cotidiana,
al que simultaneamente se odia y ama.

Seducido por lo trascendente
huyendo de lo efímero
y de los embobados vividores del día al día
como de los fugaces encantamientos
de los brillos de las apariencias,
vivo conmigo mismo
sin pronunciar "jamás"
ni decir "nunca"
ni afirmar la última palabra
repitiendo sin descanso
No se, No se.

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