Tres contra Elena
La gitanilla con su hija,la testigo de Jehová con su Biblia y el vendedor de Aspiradoras con su General Electric. Qué habrán sido de ellos?.Con todos pudo mi esposa,aunque al último por cansancio y en un renuncio.
Mi inteligente, y sinembargo guapa mujer, "puso en jaque" a la pertinaz y pícara gitanilla,obligándola a trabajar en lugar de ceder al intento gitanil de apadrinar al churunguit.
A la evangelizadora testigo argumentandole teológicas razones devastadoras de las insostenibles tesis Jehovasicas.Por un poquito mas...y hasta la convierte a la Iglesia de Roma.
Sinembargo la batalla con el persistente y paciente vendedor del electrodoméstico la resistencia de Doña Elena sólo duró unos quince o veinte cortos añitos. Porque, al cabo de ese tiempo,no por las consabidas ventajas y múltiples aplicaciones del electrodoméstico-que nunca reconoció la cliente,sino porque debió coincidir con una bajada de resistencia psíquica de la no-interesada, aquel santo,por paciente, vendedor logró colocarnos en casa el producto de su representación, firmando la cliente(sin apreciar su costo)un montón de letras de importe aproximado al de los años que había sufrido el imperterrito señor agente.Y,desde aquel aciago día, doña Elena colocó el artefacto y sus anexos en el fondo mas oculto de un armario de la terraza.Sutilmente me dejó caer la noticia de forma sigilosa y cuasi-vergonzante para no dar muestras de derrota.Yo pagué religiosamente cada una de las dichosas y sustanciales letras, sin llegar a percibir la contraprestación de oir el ruidito del uso del aparato.Nunca se llegó a usar;no se si en venganza contra la tozudez del susodicho vendedor o como afirmación de la idea siempre manifestada por la ama de casa de que "no me compensa en absoluto"...
Aquel vendedor,conocido por todos los integrantes de la familia,llegó a ser objeto de chistes y hasta se echaba de menos su visita trimestral al hogar ,después de haber "colocado" su mercancia potente y novedosa por su técnica cualificada.
Pasaron otros muchos años y un día decidí llevarme al apartamento del mar el famoso electro para poder aspirar allí mis soledades.Primer problema,el aparato había desaparecido de la gama de aspiradores y ya no existían bolsas de repuesto.Menos mal que aún conservaba las que en su día nos dió el representante.Lo peor vino cuando me puse a estrenarlo,pues llegué a recordar aquella famosa frase con la que despedía doña Elena al vendedor: "Mire Señor,tiene Vd posiblemente toda la razón para aconsejarme que lo compre,pero...a mi no me compensa utilizar estos aparatos..."Qué razón tenía mi esposa.A mi tampoco.Que complicado tener que mover tantos muebles,alfombras y cables...Pensando en eso,introduje la maquina en el dormitorio para intentar limpiarlo,cuando...al retirar unos zapatos se desprendieron dos gruesos calcetines (escarpines de montaña) al suelo...y quedeme asombrado cuando comprobé la poderosa potencia del aparatito al querer inutilmente recuperar los dos calcetines,absorbidos mas rapidamente que un insecto por la lengua pegajosa de un asqueroso sapo!Fueron enguyados sin darme tiempo mas que a comprobar que estaban junto al polvo en la bolsita de aquella misteriosa aspiradora.
Qué razón tenía doña Elena!!!
A saber donde andará aquel virtuoso vendedor.Me dicen que después de aquella venta se jubiló anticipadamente y escribió su primer libro de marqueting titulado ¿Cómo vender aspiradoras a señoras que no las necesitan o a quienes no les compense su uso¿.Debió ser un bestseller porque no logro dar con el millonario al que quise preguntar si podía reclamar,por medio de la garantía,la indemnización del coste de mis calcetines....
Alguien puede decirme ahora que debo hacer yo con el aparatito?
Mi inteligente, y sinembargo guapa mujer, "puso en jaque" a la pertinaz y pícara gitanilla,obligándola a trabajar en lugar de ceder al intento gitanil de apadrinar al churunguit.
A la evangelizadora testigo argumentandole teológicas razones devastadoras de las insostenibles tesis Jehovasicas.Por un poquito mas...y hasta la convierte a la Iglesia de Roma.
Sinembargo la batalla con el persistente y paciente vendedor del electrodoméstico la resistencia de Doña Elena sólo duró unos quince o veinte cortos añitos. Porque, al cabo de ese tiempo,no por las consabidas ventajas y múltiples aplicaciones del electrodoméstico-que nunca reconoció la cliente,sino porque debió coincidir con una bajada de resistencia psíquica de la no-interesada, aquel santo,por paciente, vendedor logró colocarnos en casa el producto de su representación, firmando la cliente(sin apreciar su costo)un montón de letras de importe aproximado al de los años que había sufrido el imperterrito señor agente.Y,desde aquel aciago día, doña Elena colocó el artefacto y sus anexos en el fondo mas oculto de un armario de la terraza.Sutilmente me dejó caer la noticia de forma sigilosa y cuasi-vergonzante para no dar muestras de derrota.Yo pagué religiosamente cada una de las dichosas y sustanciales letras, sin llegar a percibir la contraprestación de oir el ruidito del uso del aparato.Nunca se llegó a usar;no se si en venganza contra la tozudez del susodicho vendedor o como afirmación de la idea siempre manifestada por la ama de casa de que "no me compensa en absoluto"...
Aquel vendedor,conocido por todos los integrantes de la familia,llegó a ser objeto de chistes y hasta se echaba de menos su visita trimestral al hogar ,después de haber "colocado" su mercancia potente y novedosa por su técnica cualificada.
Pasaron otros muchos años y un día decidí llevarme al apartamento del mar el famoso electro para poder aspirar allí mis soledades.Primer problema,el aparato había desaparecido de la gama de aspiradores y ya no existían bolsas de repuesto.Menos mal que aún conservaba las que en su día nos dió el representante.Lo peor vino cuando me puse a estrenarlo,pues llegué a recordar aquella famosa frase con la que despedía doña Elena al vendedor: "Mire Señor,tiene Vd posiblemente toda la razón para aconsejarme que lo compre,pero...a mi no me compensa utilizar estos aparatos..."Qué razón tenía mi esposa.A mi tampoco.Que complicado tener que mover tantos muebles,alfombras y cables...Pensando en eso,introduje la maquina en el dormitorio para intentar limpiarlo,cuando...al retirar unos zapatos se desprendieron dos gruesos calcetines (escarpines de montaña) al suelo...y quedeme asombrado cuando comprobé la poderosa potencia del aparatito al querer inutilmente recuperar los dos calcetines,absorbidos mas rapidamente que un insecto por la lengua pegajosa de un asqueroso sapo!Fueron enguyados sin darme tiempo mas que a comprobar que estaban junto al polvo en la bolsita de aquella misteriosa aspiradora.
Qué razón tenía doña Elena!!!
A saber donde andará aquel virtuoso vendedor.Me dicen que después de aquella venta se jubiló anticipadamente y escribió su primer libro de marqueting titulado ¿Cómo vender aspiradoras a señoras que no las necesitan o a quienes no les compense su uso¿.Debió ser un bestseller porque no logro dar con el millonario al que quise preguntar si podía reclamar,por medio de la garantía,la indemnización del coste de mis calcetines....
Alguien puede decirme ahora que debo hacer yo con el aparatito?