Educación de niños(iii)
Enseñar a pensar de modo diferente a la educación actual que enfatiza la adquisición de datos minusvalorizando la educación del pensamiento y del juicio.
No debe bombardearse al alumno con tal cantidad de información que no pueda ser asimilada y mucho menos de forma crítica.Parece como si se persiguiese una educación formal que congele los problemas sociales y adoctrine a los individuos.
Resulta preciso una reflexión filosófica que pueda analizar con cierta profundidad la información facilitada.
Es posible una humanidad racional y una ciencia vinculada con ella, dedicada a clarificar los problemas de la razón y el sentido de la existencia.
El descontento que produce el dominio de la razón técnico instrumental no debe llevarnos a refugiarnos en lo irracional de forma acrítica ni a acusar una pérdida generalizada de fe en la razón y en la humanidad.
La cientificidad no puede reducir las ciencias a ciencia de hechos y a los hombres a hombres de sólo hechos.
La ciencia tiene otra mejor significación para el ser humano.
Educar no es una mera adaptación a lo dado.
Es preciso comprender:
el sentir con el otro, para:
aprender la lógica y ontología propias de su mundo.
Comprender lo ajeno es practicar la empatía,relativizándonos a nosotros mismos y a recorrer los procesos ajenos de aprendizaje( reconocer lo propio en lo extraño).
Confiar en la fuerza liberizadora del pensamiento.Para desarrollar la capacidad de pensar del niño es importante los problemas y no las soluciones.
La enseñanza es insustituible para hacer que el niño se introduzca en su herencia cultural; por el método socrático se pueden extraer los conceptos que ellos piensan por si mismos.
En el aprendizaje es positivo que los alumnos tomen al profesor como un modelo de motivación y de escucha con el que identificarse.
Los programas de filosofía y fenomenología estimulan el pensamiento para que la vida del alumno sea mas plena y pueda analizar las contradicciones y la irracionalidad dominantes.
La enseñanza debe tener en cuenta las diferencias ante la igualdad,vg:el hecho de que niños y niñas no piensan igual.
Los enseñantes deben fomentar las diferencias y permitir que el pensamiento se contamine con afectos,determinaciones sociales, de género, valores éticos y valores estéticos. La fenomenología no disuelve ni oculta diferencias.
Sobre el diálogo.-
El verdadero diálogo es el que supera las posiciones iniciales de los participantes ayudando a comprender mejor el mundo autocomprendiéndolos.
Conducir bien un diálogo es dejarse llevar por su dinámica.
Dialogar es reconocer la superioridad del interlocutor sin pretender que nadie tenga la última palabra.
Se investiga a través del diálogo como condición para lograr una verdad intersubjetiva.Verdad siempre sujeta a revisión y siempre situada mas allá de los puntos de vista particulares.Verdad que concilia la identidad.
El diálogo verdadero implica interlocutores verdaderos; ello exige respetar los pensamientos e interrogaciones infantiles pues el niño es también un interlocutor válido que se desarrolla preguntando, comprendiendo el mundo y dándole sentido.
Conclusión:
Educar en la fenomenología es educar en la confianza, en una verdad que resulta de profundizar en el tiempo y en la finitud-La verdad de la fenomenología es intersubjetiva y resulta de la visión de las esencias presentes en lo percibido.
No debe bombardearse al alumno con tal cantidad de información que no pueda ser asimilada y mucho menos de forma crítica.Parece como si se persiguiese una educación formal que congele los problemas sociales y adoctrine a los individuos.
Resulta preciso una reflexión filosófica que pueda analizar con cierta profundidad la información facilitada.
Es posible una humanidad racional y una ciencia vinculada con ella, dedicada a clarificar los problemas de la razón y el sentido de la existencia.
El descontento que produce el dominio de la razón técnico instrumental no debe llevarnos a refugiarnos en lo irracional de forma acrítica ni a acusar una pérdida generalizada de fe en la razón y en la humanidad.
La cientificidad no puede reducir las ciencias a ciencia de hechos y a los hombres a hombres de sólo hechos.
La ciencia tiene otra mejor significación para el ser humano.
Educar no es una mera adaptación a lo dado.
Es preciso comprender:
el sentir con el otro, para:
aprender la lógica y ontología propias de su mundo.
Comprender lo ajeno es practicar la empatía,relativizándonos a nosotros mismos y a recorrer los procesos ajenos de aprendizaje( reconocer lo propio en lo extraño).
Confiar en la fuerza liberizadora del pensamiento.Para desarrollar la capacidad de pensar del niño es importante los problemas y no las soluciones.
La enseñanza es insustituible para hacer que el niño se introduzca en su herencia cultural; por el método socrático se pueden extraer los conceptos que ellos piensan por si mismos.
En el aprendizaje es positivo que los alumnos tomen al profesor como un modelo de motivación y de escucha con el que identificarse.
Los programas de filosofía y fenomenología estimulan el pensamiento para que la vida del alumno sea mas plena y pueda analizar las contradicciones y la irracionalidad dominantes.
La enseñanza debe tener en cuenta las diferencias ante la igualdad,vg:el hecho de que niños y niñas no piensan igual.
Los enseñantes deben fomentar las diferencias y permitir que el pensamiento se contamine con afectos,determinaciones sociales, de género, valores éticos y valores estéticos. La fenomenología no disuelve ni oculta diferencias.
Sobre el diálogo.-
El verdadero diálogo es el que supera las posiciones iniciales de los participantes ayudando a comprender mejor el mundo autocomprendiéndolos.
Conducir bien un diálogo es dejarse llevar por su dinámica.
Dialogar es reconocer la superioridad del interlocutor sin pretender que nadie tenga la última palabra.
Se investiga a través del diálogo como condición para lograr una verdad intersubjetiva.Verdad siempre sujeta a revisión y siempre situada mas allá de los puntos de vista particulares.Verdad que concilia la identidad.
El diálogo verdadero implica interlocutores verdaderos; ello exige respetar los pensamientos e interrogaciones infantiles pues el niño es también un interlocutor válido que se desarrolla preguntando, comprendiendo el mundo y dándole sentido.
Conclusión:
Educar en la fenomenología es educar en la confianza, en una verdad que resulta de profundizar en el tiempo y en la finitud-La verdad de la fenomenología es intersubjetiva y resulta de la visión de las esencias presentes en lo percibido.
0 Comments:
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home