El diálogo de la vida interior

Mediante el silencio exterior quedan abiertas las puertas internas de la mente.Ante el silencio mejoramos los pensamientos.A veces,incluso,llegamos a sentir como si alguien estuviese también atentamente escuchándonos.
Porque,¿ puede ser acaso un mero "monólogo" el hecho de expresar internamente la interpretación que hagamos de nuestros pensamientos?

Resulta lógico creer que el proceso de interpretar objetivamente las "intenciones" que despiertan en mi los datos que experimento,es una forma de sensibilidad e inteligencia(una forma noética)

Es cierto que estoy constreñido por lo que me está dado,es decir,por las cosas que conozco y las leyes del pensamiento;y,en ese sentido,aunque mi yo sea un único absoluto para mi,al hallarme a mi mismo "puesto en la existencia",mi propio yo apunta hacia algo que es absoluto en el sentido de ser incondicionado,inconstreñido,esto es,hacia un "principio".Quedo pues trascendido,al ir hacia cosas que conozco y mas allá de ellas,yendo pues mas allá de mi mismo;en ese viaje hacia el "principio",éste fundamenta el ser de las cosas y de mi propio ser.

Cuando me pregunto donde han sido engendrados los pensamientos e intenciones,alumbrados en el silencio de mi vida interior,y tienen un destino determinado,puedo concluir que están -como yo mismo-fundamentados en el Absoluto,original,principio y fin de todas las cosas.

Mis pensamientos de la vida interior quedan depositados-como una súplica,oración y ruego,en el buzón de la correspondencia espiritual,esperando que su destinatario acuda a recogerla cuando le plazca o crea conveniente hacerlo.Así pues aquellos pensamientos de la vida interior no constituyen un mero o simple monólogo en el vacio destinado a ir perderse en el abismo de los tiempos.

Normalmente nos empeñamos en recibir el acuse de recibo de nuestras misivas e intenciones.Mas aún,a veces hasta lo exigimos y a se posible en un lenguaje formulado en los mismos términos a los planteados en nuestras proposiciones y ruegos.!Que enorme error!