NUESTRAS HECHURAS

Desde el primitivo proyecto
de la creación humana
fueron dispuestas en el hombre
por parte de su Creador
su " caducidad" y " limitaciones"

No hubo que hacer
ningún " arreglo " posterior
para modificar el " diseño "
ni ordenar el caos
sembrado por "el fallo"
de las criaturas.

Desde la eternidad
estuvo " soñado" por el artífice
la creación de un imperfecto mundo
incapaz de autosalvación
y, necesitado del Mesías
que aparecería como Gran Salvador.

Reconocer
que todo " nasciturus "
al llegar al mundo
viene incapacitado
para realizar por si sólo
el bien
es definir exactamente
la esencia de su debilidad
original.

Tal es la hechura
con la que fuimos
pensados.

Intentar vivir la existencia
de forma autónoma
rompiendo relaciones con el Creador
solo conduce a
la autoesclavitud.