mis PEQUEÑAS verdades
Hallé un Dios único
un tanto celoso
al no tener plural
ni poder ser confundido.
Desenmaró a los restantes,
desmitolizándoles de
falsos esplendores,
despojándoles de
aparentes poderes.
Desde sus alturas
soporta con agrado mis miradas
no obstaculizándolas,
con gran envidia del Fausto
que inmortalizó Goethe.
Declarándose a si mismo
Camino, Verdad y Vida,
me permite no sentirme preso
en el Gabinete de Espejos
de las interpretaciones y
Giros linguísticos que
huyen del descubrimiento de
afirmaciones
simplemente verdaderas.
Suele dirigirme toda clase
de mensajes, parábolas,
misterios y paradojas,
y, a veces tremendos silencios,
o profundas miradas.
Se rebaja hasta
la altura de mis cortas
entendederas,
mostrándome multitud
de enigmas y misterios,
estimulándo con ellos
mi incurable curiosidad
patológica.
Otras veces, jugamos juntos,
escondiéndonos por turnos;
El entre laberínticos vericuetos,
o en alturas inaccesibles,
desde donde me reclama
con misivas firmadas con pseudónimos.
Yo, no me atrevo todavía
a tomar iniciativas, entretenido
y divertido con las suyas.
Frecuéntemente, me hace enfadar,
al no entenderle. Necesito entonces
usar de la medida de su tiempo,
hasta encontrar las claves
de sus crípticos mensajes,
ocultos entre las huellas
de sus espacios siderales.
Nunca he llegado a romper con El
las relaciones que me ofrece y
comprendo que tampoco soy fácil
de soportar.
Poco a poco vamos conociéndonos
mas exactamente,
dejándome llevar por su estrategia.
Ahora mismo me siento esperazado
y estoy tratando de que me acepte
el trueque que le ofrezco,
de mis cadenas a cambio
de su Amor eterno.
un tanto celoso
al no tener plural
ni poder ser confundido.
Desenmaró a los restantes,
desmitolizándoles de
falsos esplendores,
despojándoles de
aparentes poderes.
Desde sus alturas
soporta con agrado mis miradas
no obstaculizándolas,
con gran envidia del Fausto
que inmortalizó Goethe.
Declarándose a si mismo
Camino, Verdad y Vida,
me permite no sentirme preso
en el Gabinete de Espejos
de las interpretaciones y
Giros linguísticos que
huyen del descubrimiento de
afirmaciones
simplemente verdaderas.
Suele dirigirme toda clase
de mensajes, parábolas,
misterios y paradojas,
y, a veces tremendos silencios,
o profundas miradas.
Se rebaja hasta
la altura de mis cortas
entendederas,
mostrándome multitud
de enigmas y misterios,
estimulándo con ellos
mi incurable curiosidad
patológica.
Otras veces, jugamos juntos,
escondiéndonos por turnos;
El entre laberínticos vericuetos,
o en alturas inaccesibles,
desde donde me reclama
con misivas firmadas con pseudónimos.
Yo, no me atrevo todavía
a tomar iniciativas, entretenido
y divertido con las suyas.
Frecuéntemente, me hace enfadar,
al no entenderle. Necesito entonces
usar de la medida de su tiempo,
hasta encontrar las claves
de sus crípticos mensajes,
ocultos entre las huellas
de sus espacios siderales.
Nunca he llegado a romper con El
las relaciones que me ofrece y
comprendo que tampoco soy fácil
de soportar.
Poco a poco vamos conociéndonos
mas exactamente,
dejándome llevar por su estrategia.
Ahora mismo me siento esperazado
y estoy tratando de que me acepte
el trueque que le ofrezco,
de mis cadenas a cambio
de su Amor eterno.
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